¿Cómo escribo un capítulo sin morir en el intento?

Muy buenos días, saludos a todos y a todas, les habla Yarim Machado. Para los que son nuevos aquí, soy el autor de El Amo de los Tiempos. Este blog está dirigido a aquellos escritores o posibles escritores que están teniendo dificultades para escribir.

 Hoy hablaremos de cuál es mi proceso para escribir un capítulo. Claro está. Esta no es la única, ni necesariamente la mejor de todas las estrategias que puedes usar. Yo mismo cambio de estrategia de vez en cuando dependiendo del contenido o mi estado de ánimo. Lo importante para mí es que trato de mantener el proceso simple. Sin muchos rituales o hábitos que me hagan perder tiempo. Lo que más importa es escribir.

 ¿Qué tanto debes escribir al día?

A algunos le funciona tener una meta de palabras al día y eso los motiva. A mí eso me da estrés, y eso no es bueno para la motivación. Además de que tengo otras responsabilidades en mi día a día lo cual no me permite ser realista con una meta como esta. Mi deseo (y solo es un deseo, no una meta)  es tratar de tener la primera pasada de un capítulo en una semana. Suena ambicioso, pero es lo que lograba producir por lo general a un paso tranquilo. Sí, es bastante, pero es bien tipo esqueleto lo que escribo en esa pasada, para nada publicable. La primera pasada la escribo bien rápido, casi a escritura automática sin preocuparme por embellecer. Lo que me preocupa es contar la historia y tener un buen ritmo. El proceso de embellecimiento para mí viene después. En mi primera pasada dejo muchos cuerpos muertos por ahí tirados. Un reguero descomunal. Horrores ortográficos por todas partes. No me preocupo por nada de esto. En la segunda pasada sí.

 Yo planifico muy bien mis libros, y defino todos los capítulos antes de empezar a escribir, para así saber las altas y bajas de la historia y así sé qué funciona y qué no. Vengo del ambiente cinematográfico y trabajé muchos años haciendo lo que se conocen como story boards, que es algo parecido a los cómics, pero dirigidos al cine. Todos los planos se dibujan de antemano y muchas veces se editan con audio temporero para ver como corre la historia de la película antes de empezar el rodaje y gastar una fortuna desarrollando algo que no funciona. Soy un escritor mapa en ese sentido. Muchos escritores odian este tipo de planificación y piensan que esto le roba el alma a tu historia. Yo no es que no crea que sea así, sé que no es así. Todo depende del escritor al final de cuentas. Los escritores mapas tienden a tener historias mejor estructuradas con un mejor ritmo de capítulo a capítulo, porque tienen un rumbo concreto (no lo digo yo, lo dice Sanderson). Sí puedes pecar de ser predecible cuando eres mapa, te prestas a no sorprenderte a ti como escritor y por ende al público. Por eso, yo mismo no soy exclusivamente un escritor mapa. Yo simplemente soy mapa en la etapa inicial, como si estuviera haciendo una investigación de un documental, luego echo el mapa a un lado y me dejo guiar por las estrellas. Así como escritor tengo lo mejor de dos mundos. La primera novela de El Amo de los Tiempos me llevo a unos lugares que jamás pensé y que engrandecieron mi historia. Así que te invito a que trates los dos. Encasillarse en el mapa puede ser contraproducente si no tienes control. Del mismo modo si eres brújula y no tienes control harás un desastre

 Pero volvamos a la construcción del capítulo que por eso estamos aquí. Primero que nada, como ya dije, todo tiene que estar claro para mí antes de empezar a escribir el capítulo. Los siguientes puntos tienen que estar claros:

 ¿Cuál es el propósito del capítulo? ¿Mueve la historia hacia adelante?

¿Cuántas escenas hay?

¿Qué personajes salen en cada escena?

¿Cómo crecen los personajes en cada escena? ¿Qué cambios hay en ellos?

¿Las acciones de mis personajes influyen en la vida de otro personaje en la historia? ¿Cómo?

¿Cuál es el lugar, el clima?

La pregunta más importante de todas es una que le robé al guionista, creador de Breaking Bad, Vince Gilligan: “¿En dónde está la cabeza de mi personaje en este momento?” Con esto se refiere a su estado emocional, su empuje. En un momento Walter White de Breaking Bad tiene cáncer, y su empuje y estado emocional es que está desesperado por cumplir con su familia una vez él no esté ahí para proveerles, por otro lado es una persona que quiere estar en el tope, egoísta al mismo tiempo, una contradicción que lo hace interesante. ¿Ya vez como estas contradicciones crean matices interesantes en los personajes? Por otro lado compáralo a Walter White cuando descubre que eliminó el cáncer de su cuerpo, por un momento se calma y se trata de retirar del crimen, pero su deseo de no ser un cero a la izquierda, por estar en la cima lo llevan a recaer en volver a cocinar metanfetamina. En otras ocasiones está en un lío grandísimo que atenta contra su vida y la de su familia, y la trama toma giros, porque su estado mental tiene un cambio. Ahí es cuando vemos que los personajes nos hablan y cuentan su historia ellos solos. Es la experiencia más bella al escribir, así que recomiendo que pienses en eso siempre: “¿En dónde está la cabeza de mi personaje?” 

Evita lo siguiente:

Plot armor: tus personajes son invencibles porque la historia lo dicta así.

Mis personajes siempre dicen la verdad. Es bien raro que la gente no mienta, así que tus personajes deben mentir, al menos que sea un dato importantísimo de ellos. Puede ser una falla.

Personajes perfectos: son aburridos, preachy.

Descripciones eternas. Reduce todo al mínimo, en especial la exposición. Eduardo Galeano, ese escritor que amo tanto una vez redujo una novela a una oración. Por cuestiones de ejercicio. No sean exagerados como él. Pero ustedes me entienden. 

Cada capítulo debe tener un motivo. Un tema. Tienes que estar seguro de que este sea sólido. De no ser así es relleno, y tal vez no vale contarlo.

Todas esas preguntas y respuestas las escribo aquí en la primera página del capítulo. ¿Ya vez? No has empezado a escribir el capítulo y ya no tienes la página en blanco! ¡La primera maldición del escritor ha sido derrotada! ¡Hurra!

Luego diseño el arco completo del capítulo. Si estoy tradicional lo hago en los clásicos tres actos. No siempre va a ser así, pero por lo general funciona. Principio, Desarrollo, Resolución y… no tenemos final, claro. Aquí es un cliffhanger si es que lo tiene el capítulo. No debes abusar de los cliffhangers, pero siempre termina generando interés para el próximo capítulo.

Puedes variar con tu ataque como escritor en cada capítulo. ¿Es un capítulo descriptivo? ¿Es un capítulo con mucho diálogo? ¿Es un capítulo con muchos montajes, de escenas cortas donde pasa mucho tiempo? ¿Tiene poemas, canciones, correos electrónicos o textos de teléfono? ¿Cambia el tiempo verbal en este capítulo? ¿Cambia de narrador? Siempre opta por la opción que mejor narre la historia, con más impacto, y sobre todo que sea mejor para tu libro. Sé que suena obvio, pero aquí pecamos mucho, algo parece cool, pero en realidad es cool para ti y pudo haber sido contado de una mejor forma. Si no te funciona un método, trata otro. Tampoco abuses, si cambias de estilo todo el tiempo puede que pierdas al lector. Todo debe estar justificado y debe haber un balance.

¿Cuál es el lugar? Piensa en un buen entorno para cada escena. Varía las localidades, las circunstancias, el clima, lo que hacen los personajes. El cine es buenísimo en esto. Los actores buscan props para usarlos en las escenas. Aquí dejo un ejemplo de Marlon Brando en la joya cinematográfica On the Waterfront (1954), miren cómo utiliza el guante de la chica. Una escena totalmente improvisada, pero está llena de simbolismo. No solo coquetea con ella, sino que en cierta parte le está quitando la inocencia.

Escribe ese capítulo sin echar para atrás a arreglarlo. Te sugiero que sigas con el próximo capítulo, y el próximo de esta forma. Deja que pase tiempo. Puedes virar atrás luego cuando hayas escrito cinco capítulos, o hayas finalizado el primer borrador. Ahora puedes embellecerlo y tardarte todo lo que tú quieras. Escoge las palabras más correctas, con más potencia. Edita, corta material, añade sin miedo. Emociónate por eliminar en lugar de lamentarlo. Todo debe estar ahí por alguna razón. Nada debe estar de gratis. Vela por consistencias: que mantienes el mismo tiempo verbal, el mismo narrador. Busca las repeticiones de frases. Revisa, revisa, revisa. Como ya viste, empecé bien suelto con la escritura y luego la fui adornando. Es como un escultor que recibe un bloque de mármol. Él no empieza con una herramienta de dar detalles. El da martillazos y saca del medio peñones de mármol para definir la obra, luego busca otra herramienta que todavía no es de dar detalle y sigue dándole forma. Poco a poco las herramientas se van haciendo meas pequeñas, más delicadas y la obra empieza a embellecerse. Al final la pule con una lija. Así es como veo la escritura. Repito, hay personas que escriben bello de entrada y eso está muy bien. Benditos sean por su talento… Stephen King, me quito el sombrero. Yo no soy así de bueno, y eso está bien. Este es el método que me funciona.

Espero que estos consejos te sirvan. Y recuerda, que si te ha gustado lo que has leído, comenta y compártelo, puede que también ayude a otros.

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En la próxima entrada hablaré de influencers escritores que recomiendo. Así que suscríbete al blog para que no te lo pierdas.

Hasta la próxima y gracias por pasarte por aquí.

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